Todo transcurrió en la
escuela 21 justo antes de la salida. Un chico travieso le pidió a otro
que realizara una travesura por él , y este (sabiendo
que lo que hacia no era
nada bueno) decidió hacerle caso igual.
Ustedes se preguntaran
¿Cuál era esa travesura?. Consistía en esconderle la mochila a un
compañero , y sabemos que con las cosas del colegio no se juega.
Cuándo el dueño de la
mochila se entero de quien fue el travieso (yo) fue en busca del culpable y cuando
lo encontró se desató el lio porque el dueño de la mochila le
cortó la mano sin querer al chico , terminando en el hospital con seis
puntos.
Entonces ¿Qué
aprendimos de todo esto? No hay que obedecer a alguien que quiere
hacer algo mal y decirle que “cuando las cosas empienzan mal
terminan peor”.
Me encanta ver lo que cambiaste para mejor en estos dos últimos años. No sólo en el comportamiento, sino en la madurez en general y en la capacidad de decir las cosas oralmente y por escrito.Grande Esteban!!!
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